LA SENSACION DE NOVEDAD O CAMBIO CON LA ENTRADA DEL AÑO

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Publicado el 30 diciembre, 2016

«Dentro de veinte años te arrepentirás más de las cosas que no hiciste que de las que llegaste a hacer. Por lo tanto, ya puedes levar el ancla. Abandona este puerto. Hincha las velas con el viento del cambio. Explora. Sueña. Descubre.”- Marc Twain

Esperar el nuevo año con novedades y cambios ha de ser desde nosotros mismos: esto es lo que nos recomienda nuestro director Dr. Fidel Hernández en este artículo.

Al 2016 le quedan muy pocas horas y la proximidad del nuevo año nos va inundando de una sensación, no siempre realista, de cambios, y de muchas novedades, por lo que nuestra mente se sugestiona al compás de las celebraciones y el cambio de calendario, para esperar esa buena noticia y ese gran cambio que ocurra en nosotros y en todos los que nos rodean.

Desde luego, es una buena oportunidad para desearnos y plantearnos cambios y nuevas perspectivas para el futuro; sin embargo, sin ánimo de restarle alegría y buenos propósitos a estas Fiestas, deberíamos poner bajo sospecha nuestras buenas intenciones y nuestro Ego, que cada año, por estas fechas, tiende su manto de deseos, anhelos, y un sinfín de metas que no siempre podemos cumplir, ya que , muchas veces, sobre asan nuestras posibilidades o quizás no nos las hemos planteado adecuadamente.

Es necesario que la novedad y el cambio que esperamos no solo estén ligados a la nueva fecha que se aproxima, sino a la necesidad nuestra de cambiar todas aquellas actitudes, conductas y pensamientos que, de manera repetida, nos condujeron a errores y a consecuencias que no fueron las más útiles ni beneficiosas para nosotros ni para las personas que nos rodean.

Para ello, debemos convertirnos en aprendices permanentes de la vida, desaprendiendo todo aquello que, incorporado desde la infancia, nos pesa como una mochila implacable en el sótano de nuestra personalidad. Por lo que la anécdota del famoso pintor Miguel Ángel, al que a los 80 años le preguntaron sobre qué hacía mientras contemplaba absorto un bello paisaje, respondió: “APRENDO”. Es esta la condición para cambiar y obtener nuevos resultados: permanecer siendo eternos alumnos de la vida. El cambio es una tendencia natural para la que no siempre estamos preparados, a pesar de que todo lo que nos rodea en la naturaleza cambia permanentemente. Nos resistimos a perder nuestra estabilidad, nuestra zona de confort, el trabajo que no nos gusta, la pareja con la que no somos felices, o los amigos poco afines.

Lo nuevo llega cuando incorporamos en nuestra vida la valentía de dejar ir todo aquello que no nos ayuda a vivir mejor, y que, sobre todo, no nos deja sentirnos bien con nosotros mismos, garantizando la armonía y la paz interior tan necesarias para poder dar y recibir amor, como única garantía de salud mental y realización.

Esperemos que este nuevo año siga premiando a los capacitados que, con alguna dificultad física, intelectual o sensorial, se levantan cada día para amar y trabajar, ya sea en un sillón de ruedas, con un bastón o saltándose cualquier tipo de obstáculo, para superarse a sí mismos y a cuanta barrera le rodea.

Dejemos este año olvidados a los discapacitados del amor, a los que no pueden dar sin recibir, a los discapacitados del trabajo que quieren obtener el mejor puesto de trabajo con un mínimo de esfuerzo, a los discapacitados del odio y del miedo incapaces de perdonar y de vencer sus propias limitaciones para continuar siendo mejores personas.

Felicidades a todos los capacitados, para los que trabajamos y seguiremos trabajando en el próximo año con la misma pasión que nos hace sentir cada día como si no estuviésemos trabajando.